El pasado domingo 23 de noviembre celebré mi cumpleaños. No voy a decir cuántos, qué más da (¡ya he perdido la cuenta!). El caso es que una vez más tuve la oportunidad de recordar, de festejar la fecha de mi nacimiento, aquella noche en que estaban dando la serie El Fugitivo, y mi madre se puso de parto y les fastidié el final del capítulo (da igual, años después la repusieron).
Fue un día muy tranquilo para mí (me refiero al pasado domingo, no al día de mi nacimiento, que no recuerdo para nada, pero seguro que fue estresante, porque nacer produce mucha tensión). Estaba rendida, y apenas me levanté del sillón. La noche del sábado Malyzzia y yo estuvimos actuando en una fiesta privada (con lo que agota divertir a la gente), ¡y seguidamente nos fuimos a El Rastro! (un mercadillo de antigüedades, para los que no lo sepáis, no un after-hours). El viernes 21 fue cuando organicé mi propia fiesta, en casa, con un puñado de buenos amigos, hasta el amanecer (con lo que agota divertirte tú). El jueves tuve un día ajetreado, estuve grabando una intervención en la serie YO SOY BEA (¡donde Diossa coincide con la protagonista en el programa PASAPALABRA de Telecinco! Lo veréis en Navidad). Y podéis creerme si os digo que los días anteriores no paré de trabajar (actualmente alterno mi labor como actriz y escritora, y petarda de alto standing, con un puesto –de mucho ringorrango- relacionado con la interpretación, en una renombrada productora de televisión). Montones de días de trabajo es lo que ha provocado que este mes haya estado tan alejada de mis queridos petarnautas.
Ya digo, estaba muy cansada, en ese día que conmemoraba mi nacimiento, rendida perdida. Pero parece ser que había otra rubia más cansada que yo. Más cansada de todo. Me estoy refiriendo a la verdadera protagonista, trágicamente protagonista, de esta entrada de hoy en mi blog.
Susi Pop, “La verdadera Nancy rubia”, integrante del grupo musical Las Nancys Rubias (liderado por Mario Vaquerizo, marido de Alaska), decidió abandonarnos la noche de ese 23 de noviembre. No podría imaginar peor regalo de cumpleaños, la pérdida de un amigo. Cuando me enteré... no puedo explicar lo que sentí, pero lo que sí puedo asegurar es que lo sentí mucho, además de sorprenderme sobremanera. Sentía mucho cariño por Susi, porque era alguien que enseguida se hacía querer.
Conocía a Susi desde hace bastantes años, ¡desde el siglo pasado! Cuando Malyzzia y yo éramos todavía “el dúo Redentoras Humilladas”, Susi hizo una colaboración en un número especial que preparamos para la sala Morocco. Se trataba de la escenificación del video-clip de la canción “En la disneylandia del amor”, del grupo Fangoria. Ambas fuimos siempre acérrimas fans de Fangoria.
Cada vez que Malyzzia y yo actuábamos en la sala Berlín Cabaret, yo me lo pasaba mejor en el ropero (Susi trabajaba allí), charlando y petardeando con ella, que en el propio escenario.
No hace mucho estuve en casa de Susi. Ella me estuvo animando, pues hacía poco había perdido a mi Dimas (mi querido, adorado bulldog), y todavía me encontraba hecha polvo.
No sé muy bien como era Susi, no éramos íntimas. Me parecía una persona extrovertida, divertida, positiva... por supuesto glamourosa, súper fashion, megapetarda... muy interesante, realmente especial. Y, la verdad, lo más importante es que me parecía buena persona, de verdad.
Me entristece muchísimo que se haya ido de este modo. No puedo imaginar cuánto estaría sufriendo, para decidir arrojarse por un puente. Me entristecería aún más pensar que todo hubiera sido debido a un circunstancial estado alterado de conciencia... ya me entendéis.
He sabido ahora –por un amigo común- de algunos de sus problemas personales, relacionados con lo familiar, con lo profesional, con lo sentimental y, sobretodo, con, ¿cómo lo diría?, con su propia ubicación sexual.
Este año 2008 está resultando especialmente doloroso para mí. A primeros de año perdí a uno de mis mejores amigos, alguien muy cercano a mí, a quien adoraba. Y por la misma razón: no deseaba seguir viviendo. Los problemas pudieron con él. Fue un palo muy fuerte para mí.
Poco después, y también de una forma innecesariamente trágica, perdí a Dimas, un ser tan querido como el que más, aunque no fuera una persona. Ahí noté como casi tocaba fondo...
Poco después, ya inaugurado este blog, otro conocido, Carlos de Cires, también nos abandonaba. Seguidamente, sería Leopoldo Alas, otro buen amigo, un ser encantador, quien nos diría adios... Ahora, en la recta final de este fatídico año, es Susi quien nos deja para siempre... Un año indescriptiblemente aciago, para mí. Un año al que sólo le pido no me depare más sorpresas desagradables.
Y una última petición: si eres amigo mío, y te encuentras mal, ¡por favor, acude a mí! O acude a cualquier otro amigo. Acudid siempre a los amigos. Y si realmente tenéis muy clara vuestra voluntad... sabed que los demás la respetaremos, y no os olvidaremos jamás.
Querida Susi, gracias una vez más por haberme prestado aquella peluca negra. Ya sabes que todas las mías son rubias, y me apetecía cambiar en aquella ocasión. Gracias por haberte conocido. Nunca olvidaré tu sonrisa, y tus ojos, que también sonreían siempre.
Fue un día muy tranquilo para mí (me refiero al pasado domingo, no al día de mi nacimiento, que no recuerdo para nada, pero seguro que fue estresante, porque nacer produce mucha tensión). Estaba rendida, y apenas me levanté del sillón. La noche del sábado Malyzzia y yo estuvimos actuando en una fiesta privada (con lo que agota divertir a la gente), ¡y seguidamente nos fuimos a El Rastro! (un mercadillo de antigüedades, para los que no lo sepáis, no un after-hours). El viernes 21 fue cuando organicé mi propia fiesta, en casa, con un puñado de buenos amigos, hasta el amanecer (con lo que agota divertirte tú). El jueves tuve un día ajetreado, estuve grabando una intervención en la serie YO SOY BEA (¡donde Diossa coincide con la protagonista en el programa PASAPALABRA de Telecinco! Lo veréis en Navidad). Y podéis creerme si os digo que los días anteriores no paré de trabajar (actualmente alterno mi labor como actriz y escritora, y petarda de alto standing, con un puesto –de mucho ringorrango- relacionado con la interpretación, en una renombrada productora de televisión). Montones de días de trabajo es lo que ha provocado que este mes haya estado tan alejada de mis queridos petarnautas.
Ya digo, estaba muy cansada, en ese día que conmemoraba mi nacimiento, rendida perdida. Pero parece ser que había otra rubia más cansada que yo. Más cansada de todo. Me estoy refiriendo a la verdadera protagonista, trágicamente protagonista, de esta entrada de hoy en mi blog.
Susi Pop, “La verdadera Nancy rubia”, integrante del grupo musical Las Nancys Rubias (liderado por Mario Vaquerizo, marido de Alaska), decidió abandonarnos la noche de ese 23 de noviembre. No podría imaginar peor regalo de cumpleaños, la pérdida de un amigo. Cuando me enteré... no puedo explicar lo que sentí, pero lo que sí puedo asegurar es que lo sentí mucho, además de sorprenderme sobremanera. Sentía mucho cariño por Susi, porque era alguien que enseguida se hacía querer.
Conocía a Susi desde hace bastantes años, ¡desde el siglo pasado! Cuando Malyzzia y yo éramos todavía “el dúo Redentoras Humilladas”, Susi hizo una colaboración en un número especial que preparamos para la sala Morocco. Se trataba de la escenificación del video-clip de la canción “En la disneylandia del amor”, del grupo Fangoria. Ambas fuimos siempre acérrimas fans de Fangoria.
Cada vez que Malyzzia y yo actuábamos en la sala Berlín Cabaret, yo me lo pasaba mejor en el ropero (Susi trabajaba allí), charlando y petardeando con ella, que en el propio escenario.
No hace mucho estuve en casa de Susi. Ella me estuvo animando, pues hacía poco había perdido a mi Dimas (mi querido, adorado bulldog), y todavía me encontraba hecha polvo.
No sé muy bien como era Susi, no éramos íntimas. Me parecía una persona extrovertida, divertida, positiva... por supuesto glamourosa, súper fashion, megapetarda... muy interesante, realmente especial. Y, la verdad, lo más importante es que me parecía buena persona, de verdad.
Me entristece muchísimo que se haya ido de este modo. No puedo imaginar cuánto estaría sufriendo, para decidir arrojarse por un puente. Me entristecería aún más pensar que todo hubiera sido debido a un circunstancial estado alterado de conciencia... ya me entendéis.
He sabido ahora –por un amigo común- de algunos de sus problemas personales, relacionados con lo familiar, con lo profesional, con lo sentimental y, sobretodo, con, ¿cómo lo diría?, con su propia ubicación sexual.
Este año 2008 está resultando especialmente doloroso para mí. A primeros de año perdí a uno de mis mejores amigos, alguien muy cercano a mí, a quien adoraba. Y por la misma razón: no deseaba seguir viviendo. Los problemas pudieron con él. Fue un palo muy fuerte para mí.
Poco después, y también de una forma innecesariamente trágica, perdí a Dimas, un ser tan querido como el que más, aunque no fuera una persona. Ahí noté como casi tocaba fondo...
Poco después, ya inaugurado este blog, otro conocido, Carlos de Cires, también nos abandonaba. Seguidamente, sería Leopoldo Alas, otro buen amigo, un ser encantador, quien nos diría adios... Ahora, en la recta final de este fatídico año, es Susi quien nos deja para siempre... Un año indescriptiblemente aciago, para mí. Un año al que sólo le pido no me depare más sorpresas desagradables.
Y una última petición: si eres amigo mío, y te encuentras mal, ¡por favor, acude a mí! O acude a cualquier otro amigo. Acudid siempre a los amigos. Y si realmente tenéis muy clara vuestra voluntad... sabed que los demás la respetaremos, y no os olvidaremos jamás.
Querida Susi, gracias una vez más por haberme prestado aquella peluca negra. Ya sabes que todas las mías son rubias, y me apetecía cambiar en aquella ocasión. Gracias por haberte conocido. Nunca olvidaré tu sonrisa, y tus ojos, que también sonreían siempre.