miércoles, 10 de septiembre de 2008

Divas Latinoamericanas forever

En mi libro CURSO DE GLAMOUR PARA PRINCIPIANTES, probablemente más petarda que el propio MANUAL DE LA PERFECTA PETARDA (aunque, por otro lado, MDLPP en realidad tuviera más glamour que CDGPP...), dedico un capítulo a las DIVAS LATINAS que más me han impactado a lo largo -y ancho- de mi vida. Ahora ese capítulo (documentado con unas fotos que en mi libro no tuve oportunidad de usar) se lo dedico a todas las PETARNAUTAS latinoamericanas que visitan este blog... ¡muchas gracias! (¡pero a ver si dejáis algún comentario, cerdas!)


DIVinas LATinas

Hay toda una suerte de personalidades latinas, todas ellas de primer orden, que no van a librarse de mi demoledora loa. Latinoamérica nos ha regalado algunas de las mejores y más grandes divas, las más maquilladas, las más exageradas, las más pasionales, las más dispuestas a imponer sus rotundas fisonomías y su alucinante modo de entender la estética. Todas y cada una de ellas sencillamente impagables. Usted, que es adicto@ a los culebrones, sabe a lo que me refiero* (pié de pag. ¡Es que llamarse Emperatriz Ferrer, Topacio Negro, Rubí, Cristal, Luz Clarita...!)

En esta limitada lista copan el ranking las argentinas y las cubanas, pero son muchas otras las que “son y no están”. Pero desde luego las que “están, son”.

1 ISABEL SARLI
Comencemos por Argentina, un país adorable donde he viajado multitud de veces, en el cual probablemente nací en alguna anterior reencarnación, ya que siempre me he sentido “un poco argentina” (en la línea de Susana Gimenez y Betiana Blum), y me encanta hablar con acento, sin ton ni son, de buenas a primeras, para darme caché y hacerme la extranjera aquí, en estos andurriales europeos. ¿Me entendés vos?

Allí sí que nace la inconmensurable Isabel Sarli, alias La Coca Sarli (uhm, nunca he tenido muy claro el por qué de su sobrenombre.* (pié de pag. No pensemos mal. En Argentina algo cocó, es algo bonito, y ella sin duda lo es), lugar donde es una megaestrella, y razones no le faltan. Esta miss nacional* (pié de pag. Optó a Miss Universo y todo) derivada a actriz de culto, guapa a rabiar, epicentro de mil fantasías masculinas, es una representante latina del glamour hollywoodiense, a base de abrigazos de leopardo, escotes de infarto, joyas titánicas, cardados monumentales y caniches por doquier.

Tuve la oportunidad de conocerla en persona hará unos diez años –en la rueda de prensa de su película “La Dama vuelve”* (pié de pag. En cada escena aparece con un modelito distinto, a cada cual más aparatoso. Pero ahí no acaba todo... ¡su perrito siempre va vestido igual que ella!)- y de comprobar que, además de guapísima, para colmo, se trataba de una mujer accesible, inteligente y con un sentido del humor bárbaro (Estaba convaleciente, pues acababa de ser operada de la cabeza, algo serio, ¡y soltó que estaba algo ida porque venía borracha!). Ah, iba con un vestido, ¿de qué?... ¡de leopardo!

2 NACHA GUEVARA

“Nacha Guevara” podía haber sido un título optativo para este libro, creo que con decir esto lo digo todo.

Esta otra argentina de provecho es uno de mis personajes fetiche y, como no, también hice todo lo posible por conocerla en su día. Poca gente me ha causado tanta impresión. Me refiero en el buen sentido, claro (Fuimos a darnos un beso... ¡y nos dimos un “pomulazo”, tal y como sentenció ella! ¡Qué daño!).


Nacha ha llevado todos los looks imaginables: sofisticados, vanguardistas, hippies, ochentero, rockero, punk y aparente casual. Todo le sienta genial. Todo lo hace bien. No se equivoca nunca* (pié de pag. Salvo cuando publicó aquel disco de sevillanas, que era como de no dar crédito). Y yo soy muy objetiva. De mayor –además de cómo Alaska y Nina Hagen- me gustaría ser como ella... es decir, pasarme toda la vida aparentando no más allá de treinta años.

3 HERMANAS BENÍTEZ

En el puesto número tres no nos encontramos a una mujer, si no a tres. Tres auténticos monumentos al glamour caribeño (¡Lo que ha dado Cuba!), a los moños colosales, a las curvas más pronunciadas, a los rabillos del ojo más marcados... todo ello multiplicado siempre por tres.

Yendo, como iban siempre, vestidas, maquilladas y peinadas iguales (Por no mencionar que se movían siguiendo siempre una coreografía), han logrado convertirse en máximas representantes del glamour clónico, del que Las Trillizas de Oro también fueron punta de lanza, aunque no tanto, por descafeinadas. En definitiva: en el mundo ha habido muchas hermanas, pero ningunas como Las Hermanas Benítez (Como mucho Las Hermanas Goggi... pero sólo era dos). Ni Ronettes ni nada.

4 YMA SUMAC
Adentrémonos ahora en ese Perú de Machupicchus, no sólo de Fujimoris, y topémonos con uno de los símbolos del glamour latinoamericano más internacional. Su nombre verdadero es Zoila Augusta Emperatriz Chavarri del Castillo... ¡Augusta Emperatriz! (¡Santísimo cielo, esos padres! ¡Qué delirios de grandeza!), conocida mejor por su nombre artístico: la gran Yma Sumac.


Esta virtuosa cantante se autopresentaba como Alta Sacerdotisa de los Incas y Virgen del Sol, unos títulos rarísimos –probablemente inventados por su representante- que la otorgaban (Junto a la gran cantidad de eye-liner y esas cejas a lo Doctor Spock) un halo místico, exótico e intransparente muy efectivo para triunfar incluso en Hollywood. Ella, gran entendida en marketing, insistía en ser una princesa, descendiente directa del último emperador inca, asesinado por Pizarro mogollón de tiempo atrás. Y a quien lo ponía en duda, le gritaba con esas casi cinco octavas que alcanzaba cuando la contradecían.

Aún hoy luce una imagen extraordinaria, convertida en la Zsa Zsa Gabor del hemisferio sur. Se la podría calificar como “la Nina Hagen” latinoamericana. De hecho a Nina Hagen se la podría calificar como la Yma Sumac europea, más bien.

5 CARMEN MIRANDA

Seguimos en Sudamérica. Carmen Miranda nació en Portugal, sí, pero se fue a vivir a Río de Janeiro, Brasil, cuando era demasiado pequeña para sostener ni un sólo plátano con la cabeza. Tiempo después se convertiría en una famosa artista que cantó, bailó, interpretó y, sobre todo, lució como nadie esos tocados que eran auténticas fruterías ambulantes. No hay que olvidar su dentadura, que parecía una pared de baldosines blancos. Su prematura muerte no hizo otra cosa que inmortalizarla todavía más.

6 MARÍA FÉLIX

Viajemos a México, cuna de mujeres de gran carácter (Kety Jurado, Dolores del Río, Lola Beltrán, ¡Gloria Trevi!...). Allí nos encontramos a María Félix, apodada La Doña, y no me extraña. La elegancia indiscutible que emanaba esta señora fue una influencia para muchas, incluida nuestra Sara Montiel.

A pesar de la adoración que siempre sintió hacia ella el pueblo mejicano, fue duramente criticada por aparecerse vestida con pantalones en el funeral de su esposo, Jorge Negrete, lo cual en esa época no era bien visto. Pero ella demostró que en cuestión de estética... los pantalones los llevaba ella. ¡Así se hace!

7 LA LUPE
No podemos olvidarnos de esa cubana amante de las pestañas postizas, de las pelucas y de los sombreros puestos encima de las pelucas.


La Lupe fue mucho más que una latina con pantalones de campana y todo lo peor de la estética de los años `60 y `70. La Lupe, también conocida como La Yiyiyi, era una fuerza de la naturaleza que cada vez que pisaba el escenario y se metía de lleno en la historia que estaba cantando, era muy capaz de empezar a arrancarse la ropa y tirar los zapatos a un amante invisible. De tal modo que era cantante y performance.

Sensual y abigarrada, aún más excesiva por dentro que por fuera, La Lupe se ha convertido en un icono pop que no podía ni debía faltar en esta lista.* (pié de pag. La Lupe, al igual que Betty Page, forman parte de ese grupo de artistas que sufren o han sufrido lo que yo denomino “Síndrome de María Magdalena”. Este mal consiste en que después de una vida licenciosa en la que han hecho todo lo que les ha salido de la coliflor, terminan sus días como arrepintiéndose de todo, metiéndose en sectas religiosas y cantando tonterías al Señor, en plan «¡Uy, pues no sé en que podía haber estado yo pensando los últimos cincuenta años de mi vida para haber pecado tanto. Para mí que ha sido cosa de Satán, porque sino no me lo explico, chico, de verdad.» )

8 LUPE VÉLEZ

Y de una Lupe, a otra. La bellísima, y en ocasiones hasta rubia, actriz mexicana Lupe Vélez, fue una prototípica vamp en los primeros años del cine hollywoodiense.

Ella puso de moda, mucho antes que Marilyn Monroe, lo de suicidarse a los treinta y seis años. Además, entre otros, se casó con Tarzán, que es otro puntazo, por no hablar que antes que diva fue... ¡novicia! (Iba para monja, pero se salió).

Ella fue testigo y parte en el nacimiento del glamour liderado por el star-system, y de ninguna manera iba a olvidarme de ella.

9 EVA PERÓN

De nuevo recalamos en Argentina para toparnos con todo un mito: Evita Perón.

Protagonista de la Historia de su país, y protagonista indirecta de musicales, esta rubia de bote demostró lo que es renunciar al “glamour para pobres” y escalar todo lo escalable para conseguir lucir auténticas joyas y vestidos-carpa.

Independientemente de su presencia política y su importante contribución social, nos queda la imagen de una mujer elegante incluso hasta la estridencia, que supo luchar por los más desfavorecidos y apoyar el feminismo, todo ello sin renunciar a las galas más lustrosas. Aún se recuerda cuando llegó a España (En agosto) con un abrigo de visón, del que no se desprendía ni para ducharse.


10 CELIA CRUZ

Terminemos con ese torbellino llamado Celia Cruz. Celia, cubana anticastrista, fue, con creces, la más atrevida de todas, superando de largo a muchas drag-queens, con sus plataformas, su pelo (Por no hablar de sus pelucas) y sus ropas increíbles.

Se negó a aclarar si nació en 1920, en 1924 o en 1925 (Probablemente fue incluso antes), signo de coquetería de esta mujer que se atrevió con absolutamente todo. Su concepto del espectáculo pasaba tanto por El Circo del Sol, como por el cabaret alemán de los años `30 como por la revista, el punk, el pop y el glam de los `70. Todo en ella era exagerado y extremo. Su grito de guerra endulzaba la mezcolanza de brillos, colores, texturas y tamaños. ¡Azucaaaaaaaaaar!


1 comentario:

eterinoc dijo...

Que verguenza! Que vagancia! que autobombo! (bueno, esto último me gusta) Chica, rompete un poco las celulas grises y haz un post "más mejor" que eso de plagiarse a una misma, no sé, como que no lo veo. El que quiera que se compre el libro!! encima pensando en ti... y en tu bolsillo (con mucho strasssss supongo) muchos besos y escribe más que siempre tenemos sed de cultura (sea la que sea). Eterinoc