Este pasado fin de semana el destello del estrass y brillo de las lentejuelas volvió a cegarme, lo cual no me impidió ver en todo su esplendor uno de los mejores espectáculos de cabaret y music-hall que me haya llevado nunca a la retina.
CAVIAR FOLLIES es un montaje creado por Jean Francois Casanovas y Eduardo Solá para ser presentado en Madrid, en el teatro Nuevo Alcalá, en la sala 2, un espacio pequeño, que crea un ambiente intimista, de café-teatro, algo parecido a lo que en Argentina, origen de esta formación, se denomina café-concert.
En este espectáculo tenemos al oportunidad de disfrutar de los mejores números de su trayectoria, acompañados por el resto del elenco, formado por Sandy Brandauer, Daniel Bustato y los bailarines Lucas Gonzalez y Nicolás Arellano.
Maravillosos números del mejor transformismo, con pinceladas de revista, todo ello presentado con un gusto exquisito, muchísimo glamour y un humor muy personal, sin el menor exceso, a ningún nivel.
No me da la gana poner el menor pero a un espectáculo y a unos artistas de estas características, sobretodo cuando verdaderamente la pulcritud de los mismos es total. Bueno, sí, yo le hubiera añadido algo más de interactuación con el público, pero es que yo soy una cerda irredenta y me va lo que me va, y en mi show me resulta imposible respetar la cuarta pared.
En cualquier caso recomiendo que no os perdáis la oportunidad de deleitaros con este CAVIAR FOLLIES, todo un beluga del cabaret argentino.
CAVIAR FOLLIES es un montaje creado por Jean Francois Casanovas y Eduardo Solá para ser presentado en Madrid, en el teatro Nuevo Alcalá, en la sala 2, un espacio pequeño, que crea un ambiente intimista, de café-teatro, algo parecido a lo que en Argentina, origen de esta formación, se denomina café-concert.
En este espectáculo tenemos al oportunidad de disfrutar de los mejores números de su trayectoria, acompañados por el resto del elenco, formado por Sandy Brandauer, Daniel Bustato y los bailarines Lucas Gonzalez y Nicolás Arellano.
Maravillosos números del mejor transformismo, con pinceladas de revista, todo ello presentado con un gusto exquisito, muchísimo glamour y un humor muy personal, sin el menor exceso, a ningún nivel.
No me da la gana poner el menor pero a un espectáculo y a unos artistas de estas características, sobretodo cuando verdaderamente la pulcritud de los mismos es total. Bueno, sí, yo le hubiera añadido algo más de interactuación con el público, pero es que yo soy una cerda irredenta y me va lo que me va, y en mi show me resulta imposible respetar la cuarta pared.
En cualquier caso recomiendo que no os perdáis la oportunidad de deleitaros con este CAVIAR FOLLIES, todo un beluga del cabaret argentino.
1 comentario:
Nicolás Arellano, un gran bailarín
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